La respuesta más fácil a esta pregunta es sencillamente que el mundo está en contra tuya, que la vida no es justa y que las oportunidades solo son para unos pocos privilegiados y tú no eres uno de ellos.
Esta idea puede ser bastante reconfortante y puede que nos ayude a eliminar la responsabilidad que tenemos frente a los resultados que estamos obteniendo, sin embargo, si tú llegaste a este blog, sabes que hay algo más que tú estás dejando de hacer y necesitas cambiar para poder generar resultados diferentes en tu vida.
1. No lo mereces
Frecuentemente, la primera piedra que nos ponemos en el camino es esta creencia de que nosotros no somos merecedores de cosas mejores en nuestra vida. A menudo esta idea se esconde en nuestro inconsciente, pero la podemos escuchar cada vez que buscamos hacer algo nuevo y nos congelamos pensando que: no somos lo suficientemente inteligentes, lo suficientemente atractivos, lo suficientemente grandes, lo suficientemente… (agrega tu razón aquí).
¿Si tú mismo no estás convencido de que mereces lo que quieres cómo esperas tú que la vida te lo de?
Si tú no estás convencido de que mereces lo que quieres es muy difícil dar lo mejor de sí mismos, trabajar fuertemente y mantenerse firme a lo largo del camino hacia eso que deseas alcanzar.
2. No tienes claro tu propósito de vida
Todos hablamos de querer tener la mejor calidad de vida, convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos y alcanzar todo lo que nos proponemos en ella. Sin embargo, muy pocas personas se han dado a la tarea de entender cuál es el propósito que le quieren dar a su vida.
¿Cómo se ve esa “mejor versión” de ti? ¿Qué quieres hacer con esa versión?
Hay un dicho que dice que el que no sabe para dónde va cualquier bus le sirve y esto es lo que sucede frecuentemente con muchas personas que no tienen claro cuál es el propósito de su vida y se la pasan brincando constantemente de un anhelo a otro, disipando su energía sin concluir nunca nada, pues al final ni siquiera entienden porque lo quieren.
Es como ver a un perro corriendo detrás de la llanta de un coche, ni el mismo sabe que haría con ella si la atrapara.
3. No has creado un plan para tu vida
Muchas personas giran los ojos exasperados cuando se les pregunta que cómo se ven ellos en 10 años, creyendo que esta pregunta es sencillamente absurda, pues nadie sabe realmente qué va a suceder en el futuro.
Este tipo de respuesta demuestra sencillamente un desinterés por comprender la responsabilidad que tenemos por nuestro futuro y por lo tanto no nos podemos sorprender cuando pasen esos 10 años y no hayamos obtenido tantas cosas como las que hubiésemos podido lograr si hubiésemos creado un plan para nuestra vida.
Un plan es como un mapa que crea una estructura para nuestra vida y nos guía como una brújula en aquellos momentos en los cuales nos podamos llegar a sentir perdidos o desmotivados, pues nos ayuda a reconocer el trayecto que ya hemos recorrido y los muchos que a lo largo de esto hemos obtenido. No significa que tengamos que seguirlos al pie de la letra pero por lo menos nos ayuda a no extraviarnos del camino.
4. No conoces tu punto de partida
Todo camino tiene un inicio y un final y frecuentemente cuando hablamos de crear una mejor versión de nosotros mismos y tener una mejor calidad de vida nos enfocamos en la meta final y no nos tomamos el tiempo de reconocer cual es nuestro punto de partida.
¿Quién eres tú el día de hoy? ¿conoces tus capacidades y debilidades? ¿eres consciente del estado actual de cada área de tu vida?
Sólo cuando somos conscientes de nuestro estado actual, cuando nos conocemos a nosotros mismos, es que podemos definir concretamente lo que necesitamos hacer para llegar a nuestro estado deseado.
Sin embargo, para muchos de nosotros es extremadamente retador ser conscientes y mirarnos honestamente para ver qué es lo que en realidad nos está faltando, pues es más fácil mirar hacia lo que queremos qué a lo que somos en este momento.
Esta falta de reflexión personal nos impide hacer un cálculo correcto del tipo de inversión en energía, tiempo, enfoque y recursos que vamos a necesitar para alcanzar lo que queremos y es por eso que a menudo el calculo no nos da y desfallecemos en el proceso.
5. No tienes metas concretas
“Mi meta es tener libertad financiera” ¿Qué es libertad financiera? ¿Cómo se ve una personal que es libre financieramente?
Esto no es una meta es simplemente un anhelo o un sueño pero no es una meta, pues no tiene los parámetros correctos para saber cuándo la hemos alcanzado.
Entre más ambiguas son las metas que nosotros creamos más difíciles es para nosotros reconocer qué tanto hemos avanzado en dirección a ella y cuando podemos definir que hemos alcanzado lo que nos hemos propuesto.
Es debido a esto que muchas veces nosotros dejamos de lado muchas cosas que nos proponemos, pues tenemos la sensación de que no estamos avanzando; cuando en realidad lo que ha sucedido es que no hemos sido específicos con lo que queremos y por lo tanto sentimos que estamos perdiendo el tiempo que no estamos logrando absolutamente nada.
6. No tienes un plan de acción
Ya hemos hablado de la importancia de tener una visión de crear un plan de vida de tener metas concretas y sobre todo reconocer que merecemos lo que queremos alcanzar en nuestra vida, sin embargo nada de esto tiene valor si no está acompañado de un plan de acción concreto y consistente.
Muchos de nosotros hemos creado maravillosas metas a lo largo de nuestra vida y hemos visto lo hermosa que puede llegar a ser esta sí obtenemos ciertos resultados, pero cuando llega el momento de comenzar a andar, de tomar acciones no lo hacemos y por ende los resultados siguen siendo los de siempre.
Tomar acciones puede ser bastante retador por lo cual podemos caer en la procrastinación. Es por eso que un plan de acción es una herramienta maravillosa que nos puede ayudar a darnos el último impulso para comenzar.
Eso sí, no hay que confundirlo con el plan de vida ya que aquí lo que hacemos es definir pasos concretos que vamos a dar diariamente y que poco a poco nos permitirán llegar a nuestro estado deseado.
Puede que todo este proceso parezca abrumante al principio, sin embargo es mucho más abrumante vivir una vida sin una brújula, sin una perspectiva y sencillamente quedarnos dando vueltas en círculos.
Si en verdad quieres construir una mejor versión de ti mismo invierte tiempo en reconocer estos seis puntos en tu vida, pues entre mejor los estructures y los desarrollos es mucho más sencillo va a ser el camino para llegar a donde quieres llegar.
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