LOS 7 PECADOS EN LA CREACIÓN DE METAS

David Bejarano

marzo 30, 2021

Las metas son aquellas cosas que anhelamos alcanzar con el fin de crecer, mejorar y obtener aquellos resultados que deseamos para nuestra vida. Sin embargo, frecuentemente dichas metas que hemos definido importantes para nosotros, se quedan a la mitad del camino y nos dejan sintiéndonos frustrados, tristes, mediocres y en definitiva incompetentes. Nos cuesta comprender como algo que queríamos (supuestamente) con todo el corazón no se convirtió en realidad.

Las metas son aquellas cosas que anhelamos alcanzar con el fin de crecer, mejorar y obtener aquellos resultados que deseamos para nuestra vida.

Sin embargo, frecuentemente dichas metas que hemos definido importantes para nosotros, se quedan a la mitad del camino y nos dejan sintiéndonos frustrados, tristes, mediocres y en definitiva incompetentes. Nos cuesta comprender como algo que queríamos (supuestamente) con todo el corazón no se convirtió en realidad.

Primero que todo tenemos que dejar en claro que alcanzar una meta no depende única y exclusivamente de nosotros y frecuentemente hay situaciones externas que se salen de nuestro control que impiden obtener dicho resultado. Aun así, existen 7 motivos por los cuales muchas de nuestras metas no se dan y solo siendo consciente de ellas es que podemos aumentar la probabilidad de éxito en aquello que nos proponemos.

A continuación te presento los 7 pecados capitales a la hora de crear metas.

Pecado 1. No escribir tus metas

¿Cómo algo tan sencillo puede ser el causante de que no logre mis metas?

En este mundo que nos bombardea constantemente de información es fácil olvidar qué es aquello que queremos hacer. Al escribir nuestras metas nosotros dejamos un mensaje concreto en nuestra mente y podemos regresar a el con mucha mas facilidad que si lo dejamos volando en el aire.

La mejor manera de reforzar un nuevo concepto que queremos aprender y lograr mantener un compromiso a largo plazo es escribiéndolo y mantenerlo en un lugar donde siempre podamos verlo.

Pecado 2. Tener motivos poco claros

Es crucial que tus metas sean personales y específicas, de lo contrario no tendremos una verdadera razón para trabajar en ellas. En otras palabras, la razón del ¿por qué? queremos lograr una meta, siempre va a ser más importante que el ¿qué? queremos lograr.

Piensa en aquella meta de “ser millonario”. Esta meta es completamente insignificante a menos que tengamos una razón fuerte para querer tener mucho dinero. Si tu razón es simplemente para poder comprar más cosas o satisfacer tu hábito de compras, con certeza no estarás lo suficientemente motivado para ir por ello.

Sin embargo, si tu motivación es pagar las deudas de tu familia, dar algo a una obra social, o comenzar un nuevo proyecto social, con seguridad tú te vas a sentir más apasionado en alcanzar esa meta y culminar tu proyecto.

Sin importar cuál sea tu razón para hacer lo que haces, tiene que haber una razón importante y personal, para que esto funcione.

Pecado 3. Crear metas irreales

Tenemos que diferenciar entre metas grandes y metas irreales. Muchas personas creen que no deben pensar o imaginarse un futuro mejor al que pueden llegar a tener con los recursos que tienen en este momento. Esto no es así. Esfuerzo y dedicación nos pueden llevar mucho más lejos de lo que jamás nos hubiésemos podido imaginar.

Sin embargo, tenemos que ser conscientes de quién somos y de que tipos de cosas se pueden alcanzar si ponemos toda nuestra energía en ello y que no.

De la misma manera tenemos que ser conscientes que si nos ponemos fechas límites bastante cortas para alcanzar una meta enorme, muy seguramente lo único que alcanzaremos es un alto nivel de estrés y frustración.

“Alguien está sentado en la sombra hoy porque alguien más plantó un árbol hace mucho tiempo” –Warren Buffett

Pecado 4. No crear un plan

Cuando planeamos conscientemente los pasos que vamos a seguir para alcanzar nuestra meta, nos puede proteger de muchos fracasos.

Escribir nuestra meta es solo la introducción a una gran historia de vida. Después de eso, es el plan, aquello que nos va a llevar a ese final feliz que estamos buscando. El plan es el mapa que nos muestra el camino que debemos recorrer. Eso no quiere decir que este esté completamente fijo y claro. Siempre requerimos ser flexibles e ir remodelando nuestro mapa con el pasar del tiempo y las experiencias que vamos creando.

Sé paciente y disfruta el proceso, eso se llama vida. Invierte tiempo creando el plan para tu viaje con el fin de encontrar la mejor ruta, la cual te llevará a la meta en el mejor tiempo posible.

Recuerda que este plan tiene que ser evaluado a menudo, con el fin de saber si está funcionando de la manera que lo deseas. Si éste no es el caso, puedes adaptarlo y modificarlo y continuar

Pecado 5. No actuar

Tener una meta y un plan de trabajo perfecto son completamente inútiles a menos que lo pongamos en acción. Aunque tu plan este ahí para mantenerte enfocado, no existirá ningún tipo de cambio o progreso a menos de que nosotros tomemos responsabilidad y comencemos a movernos y salgamos de nuestra zona de confort.

Es solo con tus acciones  que podrás ver si tu plan es bueno o necesita ser mejorado y adaptado para verdaderamente alcanzar la meta.

Pecado 6. Perder el enfoque

Para alcanzar la meta que deseas satisfactoriamente necesitas permanecer enfocado. A veces puede que pierdas tu enfoque, lo cual no es grave, lo importante es recuperarlo lo más pronto que puedas.

Con el fin de mantenerte enfocado, pide ayuda a personas de confianza, las cuales te puedan apoyar en los momentos en los que intentes salirte del camino. Tú puedes compartir tus éxitos y fracasos con ellos y el aprendizaje que cada experiencia te deje.

De igual manera, deja de mirar a los lados y no busques comparar tu progreso con el de los demás. Esto no tiene que ser una carrera, encárgate de ti y deja que los demás se encarguen de sus procesos.

Pecado 7. No continuar hasta el final

La creación de metas es un proceso de toda la vida. No tiene ningún sentido crear un grupo de metas para tu vida si no vamos a actuar para alcanzarlos. Tus metas y planes de acción son el mapa para una vida con sentido. Es aquello que te dará orientación en los momentos en los que no sepas para dónde vas.

Sin embargo, si no eres constante y llevas tus metas hasta el final, vivirás una vida llena de frustraciones, con muy pocas satisfacciones y nunca comprenderás tus verdaderas habilidades y el potencial que en ti existe.

Nuestras prioridades y metas pueden variar mientras progresamos en nuestra vida. Cuando esto sucede, es importante que nos detengamos, reflexionemos y consideremos todo el grupo de metas que hemos creado. Hacer esto a menudo asegura que nuestras metas continúen siendo relevantes para nosotros.

Mientras estemos convencidos de nuestras metas y entendamos el “para que” y el “por que” nos estamos moviendo en dirección a ellas, llegar hasta el final solo será cuestión de tiempo.

Eso si, cabe resaltar que todos tenemos el derecho de detenernos en algún momento del camino y decidir no continuar. Esto puede ser porque hemos reconocido que aquello que buscamos no era realmente lo que necesitábamos y nos hemos equivocado. Eso siempre es una opción, sin embargo, se honesto contigo mismo y reconoce si en verdad te has equivocado o tienes miedo de seguir adelante. Una de estas te dará paz al dejar esa meta atrás mientras que la otra solo te llevará a la frustración.

Tiempo de reflexión:

  • ¿Cuántos de estos pecados estás cometiendo el día de hoy?
  • ¿Qué puedes comenzar a hacer hoy para no cometer mas estos pecados?
  • Define una meta el día de hoy que te motive a actuar con dedicación constantemente por los próximos 3 meses.
  • ¿Cómo te sentirás si logras cumplir esta meta? ¿Qué lograrás cuando la hayas obtenido?
  • ¿Cómo influenciará esta meta tu vida en general?