¿Cómo me libero de la ansiedad?

David Bejarano

septiembre 5, 2024

La ansiedad se ha convertido en una de las experiencias emocionales más comunes en la sociedad moderna. En un mundo donde las demandas son altas, las expectativas son elevadas y la incertidumbre es una constante, muchas personas encuentran que la ansiedad forma parte de su vida cotidiana.

¿Cómo podemos identificar si estamos viviendo en un estado de ansiedad? ¿Qué causa esta sensación persistente de inquietud? ¿Cómo afecta a nuestras vidas? Y, lo más importante, ¿por qué es crucial dejar de luchar contra ella y, en cambio, aprender a comprenderla?

En este artículo, exploraremos estas preguntas en profundidad, ofreciéndote una guía para reconocer los signos de la ansiedad, entender sus raíces, analizar sus efectos en diversas áreas de tu vida y aprender por qué aceptarla puede ser la clave para vivir de una mejor manera.

¿Estamos Viviendo en Ansiedad?

La ansiedad se puede expresar de diferentes formas, por lo cual a veces puede pasar desapercibida y generar mucho daño antes de que la reconozcamos. Revisemos entonces como puede aparecer en nuestra vida, de tal forma que podamos enfrentarla prontamente.

 

Preocupación Constante

Uno de los indicadores más claros de la ansiedad y con el cual he convivido desde que tengo memoria, es la preocupación constante por el futuro. Si te encuentras rumiando sobre lo que podría salir mal, anticipando problemas o preocupándote por situaciones que aún no han ocurrido,estás viviendo plenamente en este estado.

 

Inquietud Física y Mental

La ansiedad a menudo se manifiesta físicamente como una sensación de inquietud o tensión en el cuerpo. Esto puede incluir nerviosismo, dificultad para relajarse, tensión muscular, y una sensación general de estar “al borde”. Mentalmente, puede sentirse como una mente acelerada, con pensamientos que saltan de un tema a otro sin descanso.

 

Dificultad para Dormir

El insomnio o los problemas para conciliar el sueño son comunes en personas que experimentan ansiedad. Esto puede deberse a la incapacidad de desconectar los pensamientos preocupantes, lo que resulta en noches inquietas y un sueño no reparador. Los pensamientos sin cesar le informan al cuerpo que no es momento de descansar, sino de estar alerta.

Fatiga y Agotamiento

Irónicamente, aunque la ansiedad generar una sensación de estar en alerta constante, también nos lleva a la fatiga crónica. Esto se debe a que el cuerpo y la mente están trabajando horas extras para lidiar con el estrés percibido, lo que agota los recursos energéticos.

Problemas de Concentración

La ansiedad puede interferir con la capacidad de concentrarse y enfocarse en tareas importantes. Los pensamientos ansiosos pueden distraer, haciendo difícil mantener la atención y completando tareas con eficacia.

Cambios en el Estado de Ánimo

La ansiedad a menudo va acompañada de cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad, frustración, o sentimientos de desesperanza. Estos cambios pueden surgir de la sensación de estar abrumado por las preocupaciones y la incapacidad de controlarlas.

La ansiedad y los estados emocionales

¿Por Qué Sentimos Ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de peligro o estrés, funcionando como un mecanismo de supervivencia para enfrentar amenazas reales, por lo cual debemos comprender que no es una enemiga, sino una pieza importante de nosotros mismos.

Sin embargo, como vivimos en una vida a mil, donde las amenazas no son tan inmediatas o físicas, esta respuesta se activa con mayor frecuencia de lo necesario, generando malestar y desarmonía.

Es importante tener en cuenta también los factores biológicos, como la genética y la química cerebral, los cuales influyen en la predisposición a este estado emocional; las personas con un historial familiar de trastornos de ansiedad son más propensas a experimentar síntomas similares, y desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina, el GABA y la dopamina pueden contribuir a su desarrollo. Eso sí, no podemos dejar que esto se convierta en la excusa para dejar que ella ande libremente, afectando cada área de nuestra vida.

Además de los factores biológicos, también influyen los psicológicos, ambientales, sociales y culturales. La forma en que interpretamos y respondemos a las situaciones, con pensamientos catastróficos o creencias limitantes, puede aumentar la ansiedad, al igual que el perfeccionismo y la necesidad de control. Experiencias de vida como el estrés crónico, traumas pasados o cambios significativos pueden desencadenar la ansiedad, especialmente en entornos con alta presión social o profesional. La sociedad moderna y las redes sociales, con su énfasis en el éxito y la perfección, generan una presión constante que alimenta este estado, promoviendo una cultura de comparación y expectativas poco realistas.

Cómo la ansiedad afecta cada área de nuestra vida

Ella no solo afecta nuestro bienestar emocional; también tiene un impacto profundo en diversas áreas de nuestra vida, incluyendo nuestra salud física, relaciones, desempeño laboral y calidad de vida en general.

Salud Física

La ansiedad crónica puede tener efectos adversos en la salud física. El cuerpo humano no está diseñado para soportar el estrés constante, lo que puede llevar a una serie de problemas de salud, como:

Sistema Inmunológico: El estrés prolongado debilita el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a infecciones y enfermedades.

Problemas Cardiovasculares: Un constante estado de preocupación puede contribuir a la hipertensión y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas debido al ritmo cardíaco acelerado y la presión arterial elevada.

Trastornos Digestivos: El vivir en un estado de alerta compulsivo también puede causar o exacerbar problemas digestivos, como el síndrome del intestino irritable, el reflujo ácido y las úlceras gástricas.

Problemas Respiratorios: La hiperventilación, un síntoma común de la ansiedad, puede llevar a mareos, dificultad para respirar y una sensación de asfixia (para mas información revisa nuestro Blog sobre como la Respiración te puede estar matando)

Relaciones Interpersonales

La ansiedad puede afectar negativamente las relaciones con amigos, familiares y colegas. Las personas que experimentan ansiedad pueden volverse más dependientes de sus seres queridos en busca de seguridad, o por el contrario, pueden aislarse para evitar situaciones que provocan ansiedad. Esto puede crear tensión y malentendidos en las relaciones, disminuyendo la conexión emocional y la comunicación efectiva.

Igualmente la ansiedad crónica puede reducir significativamente la calidad de vida, interfiriendo con la capacidad de disfrutar de actividades placenteras y de vivir en el presente. Las personas ansiosas a menudo se sienten atrapadas en un ciclo de preocupación y miedo, lo que puede llevar a una sensación de desesperanza y agotamiento emocional.

Desempeño Laboral

En el lugar de trabajo, este estado emocional puede manifestarse como falta de concentración, procrastinación y bajo rendimiento. Las personas con ansiedad pueden tener miedo al fracaso o al juicio de los demás, lo que puede llevar a evitar tareas desafiantes o tomar decisiones arriesgadas. Esto no solo afecta la productividad, sino que también puede limitar las oportunidades de crecimiento profesional.

No se trata de luchar contra la ansiedad sino de entenderla

Es importante reconocer que la ansiedad no es necesariamente “mala”. De hecho, es una señal de alerta que nuestro cuerpo y mente envían para indicarnos que algo no está bien o que estamos percibiendo una amenaza. En lugar de luchar contra la ansiedad, podemos verla como una oportunidad para investigar qué aspectos de nuestra vida necesitan atención o cambio.

 

Por ejemplo, si sientes ansiedad antes de una presentación importante, en lugar de tratar de suprimirla, podrías preguntarte: ¿Por qué estoy ansioso? ¿Qué me preocupa realmente? Esta reflexión puede llevar a una mejor preparación o a un cambio en la forma en que abordas la situación.

 

La ansiedad es una emoción natural que todos experimentamos en diferentes momentos de la vida. Aceptarla como una parte normal de la experiencia humana, en lugar de verla como un enemigo, puede reducir el sufrimiento asociado. La aceptación no significa resignación; significa reconocer la ansiedad sin juzgarla, lo que permite manejarla de manera más eficaz.

Se que suena mas fácil decirlo que hacerlo y para que no te sientas frustrado tratando de hacer esto por ti mismo, he creado el curso de Inteligencia Emocional en el cual aprenderás a identificar, gestionar y transformar tus estados emocionales de tal forma que se conviertan en tus aliados a la hora de crear una mejor calidad de vida.

Comprender la ansiedad y trabajar con ella en lugar de contra ella, nos permite vivir de manera más plena, presente y equilibrada. En última instancia, la ansiedad no es un enemigo a vencer, sino un maestro que nos guía hacia una vida más consciente y significativa